Como ya dije en la entrada anterior un EVA (extra-vehicular activity) es la operación realizada por un astronauta al momento de salir de la nave espacial o de la estación espacial.
Como también dije, a modo de dato histórico, el primer EVA fue realizado por el cosmonauta Alekséi Leónov (misión Vosjod 2 el 18 de marzo de 1965)
Los EVA son operaciones muy arriesgadas para el astronauta, por lo que deben ser ensayadas, practicadas, controladas y supervisadas al milímetro para evitar cualquier riesgo para él.
Dentro de la nave espacial el astronauta se encuentra en condiciones relativamente óptimas para la vida, pero una vez salta al vacío del espacio exterior, solo le protege el traje espacial. Si algo falla, las condiciones extremas existentes en el vacío no permiten la vida y el astronauta moriría.
Antes de partir hacia el espacio, los astronautas se entrenan duramente para llevar a cabo un EVA real. La NASA cuenta con una gran piscina de entrenamiento que se encuentra en el Laboratorio de Flotación Neutral (NBL). Esta piscina tiene 23'5 millones de litros de agua, 62 metros de largo, 31 de ancho y 12 metros de profundidad.
En esta piscina los astronautas pueden simular la microgravedad, donde pueden entrenarse en sesiones supervisadas para preparar el EVA que realizaran y disminuir los imprevistos al mínimo.
La piscina se encuentra en Houston, Texas (Estados Unidos) y contiene una maqueta de parte de la Estación Espacial Internacional (EEI) no cabe toda la EEI entera en la piscina y es lo más parecido a experimentar la ingravidez en la Tierra (sin tener en cuenta el vuelo parabólico del avión gravedad 0)
Los EVA pueden realizarse con brazos mecánicos, cables de seguridad, cordones umbilicales (que transportan electricidad, oxígeno, agua,...) y sistemas de maniobra/ herramientas (pistolas de propulsión o mochilas autopropulsadas como la MMU y el sistema SAFER) así por ejemplo Edward H. White utilizó una pistola de gas (Hand-Held Maneuvering Unit)
El traje en definitiva es una nave en miniatura (el peso ronda los 130 kg) que proteje al astronauta de las condiciones extremas del espacio (en el espacio en el día pueden rondar los 140 ºC y en la noche -200ºC), los trajes tienen más de diez capas con distintos materiales además el traje se encuentran refrigerado por un circuito interno por donde circula el agua (Liquid Cooling and Ventilation Garment, LCVG) movida por una bomba.
Dentro del traje el astronauta puede comer y beber, también puede hacer sus necesidades, puesto que hay EVAs que pueden durar muchas horas se pretende que el astronauta este lo más cómodo posible. Así el traje tiene un depósito de agua para que pueda beber (o bebida isotónica) se llama Disposable In-Suit Drink Bag (DIDB), también pueden colocan una barra energetica dentro del casco para comerla. Por lo que hace referencia a las necesidades fisiológicas del astronauta, el traje tiene un sistema de gestión de desechos llamado Body Waste management System uno que recolecta orina y el otro excrementos, el de orina (Urine Collection Device, UCD) para chicos es un preservativo conectado a un tubo flexible que se une a una bolsa y el de heces (Maximum Absorbency Garment, MAG) que no deja de ser un pañal (las chicas usan el pañal para ambas cosas).
Durante el EVA se recomienda que los astronautas tengan su visor bajado todo el rato para evitar quemaduras solares en la cara, sin embargo es posible que por unos instantes pueden levantarlo, por ejemplo para tomarse una fotografía.
Los EVA se pueden realizar con cables de seguridad, pasamanos, cordones umbilicales, gruas o brazos mecánicos y otros sistemas de maniobra como pistolas de propulsión o mochilas autopropulsadas (MMU o sistema SAFER)
Hay un tipo especial de EVA llamado SEVA (Stand-Up EVA) que consiste en seguir el mismo procedimiento que el EVA pero solo para permanecer en la escotilla bien para ayudar a un compañero que esta realizando un EVA, bien para tomar alguna fotografia o bien para lanzar por la borda algun objeto desechable.
También es conocido que a los astronautas se les pueden caer las uñas, un traje espacial no deja de ser un globo en el vacío, así cuando un astronauta quiere cojer algo con el guante debe contrarrestar la presión interna del traje además con el continuo roce del guante provoca el desprendimiento de las uñas.
El cosmonauta ruso Anatoly Solovyev ostenta el récord del número de EVAs realizadas (16) lo que supone 82 horas y 22 minutos. En el caso de Estados Unidos el récord es para Michael López Alegría con (10) un total de 67 horas y 40 minutos.
Cuando finaliza el EVA el astronauta debe volver al módulo esclusa que se represurizará tras cerrarse la escotilla.
Para finalizar esta entrada quiero copiar las palabras del astronauta de la Agencia Espacial Europea, Luca Parmitano, que vivió una terrible experiencia durante un EVA (EVA 23) por una fuga de agua interna en su traje espacial.
Como también dije, a modo de dato histórico, el primer EVA fue realizado por el cosmonauta Alekséi Leónov (misión Vosjod 2 el 18 de marzo de 1965)
Los EVA son operaciones muy arriesgadas para el astronauta, por lo que deben ser ensayadas, practicadas, controladas y supervisadas al milímetro para evitar cualquier riesgo para él.
Dentro de la nave espacial el astronauta se encuentra en condiciones relativamente óptimas para la vida, pero una vez salta al vacío del espacio exterior, solo le protege el traje espacial. Si algo falla, las condiciones extremas existentes en el vacío no permiten la vida y el astronauta moriría.
Antes de partir hacia el espacio, los astronautas se entrenan duramente para llevar a cabo un EVA real. La NASA cuenta con una gran piscina de entrenamiento que se encuentra en el Laboratorio de Flotación Neutral (NBL). Esta piscina tiene 23'5 millones de litros de agua, 62 metros de largo, 31 de ancho y 12 metros de profundidad.
En esta piscina los astronautas pueden simular la microgravedad, donde pueden entrenarse en sesiones supervisadas para preparar el EVA que realizaran y disminuir los imprevistos al mínimo.
La piscina se encuentra en Houston, Texas (Estados Unidos) y contiene una maqueta de parte de la Estación Espacial Internacional (EEI) no cabe toda la EEI entera en la piscina y es lo más parecido a experimentar la ingravidez en la Tierra (sin tener en cuenta el vuelo parabólico del avión gravedad 0)
El astronauta Thomas Pesquet saluda desde la piscina
Luego está el tema del traje espacial, como que los trajes tienen una presión interna inferior al que tienen los astronautas en la nave o la estación, deben pasar un período de aclimatación para elimitar el nitrógeno del torrente sanguíneo y evitar que el cambio de presión brusco pueda provocar la formación de burbujas de nitrógeno (y le podría generar una embolia)
Dentro de la nave espacial la atmósfera es similar a la de la Tierra a nivel de mar, por lo tanto de 1 atmosfera. En el vacío evidentmente la presión es nula. Los trajes espaciales tienen una presión interna inferior a los 100 kPA (menos de 1 atm) por que si fuese de 1 atm el astronauta no podría moverse durante el EVA, así que la presión interna está sobre los 21 kPA (30 kpa los EMU estadounidenses y 40 kPa los Orlán rusos)
Eliminan el nitrógeno en sangre respirando oxígeno puro antes de realizar el EVA durante unas 4 horas, en el caso de los estadounidenses y media hora el cosmonauta ruso (todo por el tipo de traje espacial)
Antiguamente, en el caso de los estadounidenses, se bajaba la presión de toda la cabina hasta 70 kPA durante 1 día previo al EVA (se reducía a 45 minutos) el período de respiración de oxígeno puro. Además durante las misiones Gémini y Apolo la presión interna de la nave era compuesta por oxígeno puro a 35'5 kPA por lo que casi no era necesaria la aclimatación prévia.
Como ya he dicho a mayor presión más dificultad tiene el astronauta para moverse, así el Orlán es mucho más rígido y incómodo que los EMU. Pero como contrapartida, si deben realizar un EVA de emergencia no deben esperar 4 horas.
Normalmente los EVA se llevan a término en solitario o por parejas (solo en una ocasión hubo 3 personas en el exterior, en mayo de 1992 la primera misión del Endeavour STS-49, con el objetivo de rescara el satélite Intelsat VI). La limitación de personas tiene que ver con el número de trajes disponibles.
Cuando todo está listo se despresuriza el módulo esclusa y ya se puede abrir la escotilla. Que experiencia la primera vez que te asomas y ves la Tierra tan lejos y el ancho universo a tu alrededor. Algunos astronautas necesitan tiempo para salir, pueden estar un cuarto de hora antes de atreverse. Imaginaos que vértigo!
Los EVA pueden realizarse con brazos mecánicos, cables de seguridad, cordones umbilicales (que transportan electricidad, oxígeno, agua,...) y sistemas de maniobra/ herramientas (pistolas de propulsión o mochilas autopropulsadas como la MMU y el sistema SAFER) así por ejemplo Edward H. White utilizó una pistola de gas (Hand-Held Maneuvering Unit)
El traje en definitiva es una nave en miniatura (el peso ronda los 130 kg) que proteje al astronauta de las condiciones extremas del espacio (en el espacio en el día pueden rondar los 140 ºC y en la noche -200ºC), los trajes tienen más de diez capas con distintos materiales además el traje se encuentran refrigerado por un circuito interno por donde circula el agua (Liquid Cooling and Ventilation Garment, LCVG) movida por una bomba.
Dentro del traje el astronauta puede comer y beber, también puede hacer sus necesidades, puesto que hay EVAs que pueden durar muchas horas se pretende que el astronauta este lo más cómodo posible. Así el traje tiene un depósito de agua para que pueda beber (o bebida isotónica) se llama Disposable In-Suit Drink Bag (DIDB), también pueden colocan una barra energetica dentro del casco para comerla. Por lo que hace referencia a las necesidades fisiológicas del astronauta, el traje tiene un sistema de gestión de desechos llamado Body Waste management System uno que recolecta orina y el otro excrementos, el de orina (Urine Collection Device, UCD) para chicos es un preservativo conectado a un tubo flexible que se une a una bolsa y el de heces (Maximum Absorbency Garment, MAG) que no deja de ser un pañal (las chicas usan el pañal para ambas cosas).
Acceso al interior de un traje Orlán
Durante el EVA se recomienda que los astronautas tengan su visor bajado todo el rato para evitar quemaduras solares en la cara, sin embargo es posible que por unos instantes pueden levantarlo, por ejemplo para tomarse una fotografía.
Hay un tipo especial de EVA llamado SEVA (Stand-Up EVA) que consiste en seguir el mismo procedimiento que el EVA pero solo para permanecer en la escotilla bien para ayudar a un compañero que esta realizando un EVA, bien para tomar alguna fotografia o bien para lanzar por la borda algun objeto desechable.
También es conocido que a los astronautas se les pueden caer las uñas, un traje espacial no deja de ser un globo en el vacío, así cuando un astronauta quiere cojer algo con el guante debe contrarrestar la presión interna del traje además con el continuo roce del guante provoca el desprendimiento de las uñas.
El cosmonauta ruso Anatoly Solovyev ostenta el récord del número de EVAs realizadas (16) lo que supone 82 horas y 22 minutos. En el caso de Estados Unidos el récord es para Michael López Alegría con (10) un total de 67 horas y 40 minutos.
Cuando finaliza el EVA el astronauta debe volver al módulo esclusa que se represurizará tras cerrarse la escotilla.
Para finalizar esta entrada quiero copiar las palabras del astronauta de la Agencia Espacial Europea, Luca Parmitano, que vivió una terrible experiencia durante un EVA (EVA 23) por una fuga de agua interna en su traje espacial.
“Mis ojos están cerrados mientras escucho a Chris contando hacia abajo la presión atmosférica dentro de la esclusa de aire -está cerca de cero ahora. Pero no estoy cansado -¡Todo lo contrario! Me siento totalmente recargado, como si fuera electricidad y no sangre lo que corre por mis venas. Sólo quiero asegurarme de experimentar y recordar todo. Estoy preparándome mentalmente para abrir la puerta porque esta vez seré el primero en salir de la Estación. Quizá es bueno que ahora sea de noche: al menos no habrá nada que me distraiga.
Cuando leo 0.5 psi, es hora de girar la manilla y tirar de la escotilla hacia arriba. Está totalmente oscuro afuera, no como el color negro, en vez de eso es una completa ausencia de luz. Contemplo la vista mientras me asomo afuera para enganchar nuestros cables de seguridad. Me siento completamente tranquilo mientras giro mi cuerpo para permitir pasar a Chris. En cosa de segundos terminamos de chequearnos el uno al otro y entonces nos separamos. Aún cuando ambos nos dirigimos a más o menos la misma parte de la Estación Espacial Internacional, nuestras rutas son completamente diferentes, establecidas mediante la coreografía que hemos estudiado meticulosamente. Mi ruta es directa, hacia la parte de atrás de la Estación, mientras que Chris tiene que ir hacia el frente primero, de manera de pasar su cable alrededor de Z1, la estructura de armazón central por sobre el Nodo 1. En ese momento ninguno de nosotros en órbita podría haber imaginado cuánto esta decisión influenciaría los eventos del día.
Pongo especial atención a cada movimiento mientras me encamino hacia la bolsa protectora que dejamos afuera la semana pasada. No quiero cometer el error de sentirme tan tranquilo como para llegar a estar relajado. Dentro de la bolsa encuentro los cables que forman parte de lo que quizá será mi más difícil tarea del día. Tengo que conectarlos a los enchufes exteriores de la Estación, y a la vez debo asegurarlos a la superficie de la Estación con pequeños cables metálicos. Ambas operaciones involucran mucho uso de mis dedos, y yo sé por experiencia que esto será realmente extenuante por los guantes presurizados.
Chris conectó parcialmente el primer cable la semana pasada, así que tomo la parte que todavía está sin conectar y la guío cuidadosamente hasta el enchufe. Después de alguna pequeña dificultad inicial, informo a Houston que he completado la tarea y que estoy listo para el segundo cable. Después de tomar el siguiente cable, me muevo hasta la que creo es la posición más difícil para trabajar en toda la Estación, estoy literalmente apretado entre tres diferentes módulos, con mi visor y mi PLSS (mi “mochila”) a sólo a unos pocos centímetros de las paredes exteriores del Nodo 3, Nodo 1 y el Laboratorio. Muy pacientemente, con considerable esfuerzo, me las arreglo para asegurar un extremo del segundo cable al enchufe. Entonces, moviéndome a ciegas hacia atrás, me libero de la incómoda posición en la que he tenido que trabajar. Desde Tierra, Shane me dice que estoy casi 40 minutos adelantado al programa, y que Chris también está adelantado en sus tareas.
En este exacto momento, justo cuando estoy pensando cómo desenrollar el cable de forma ordenada (en la ingravidez se está moviendo como si estuviera poseído), yo “siento” que algo está mal. La inesperada sensación de agua en la parte de atrás de mi cuello me sorprende -y estoy en un lugar donde es mejor no ser sorprendido por nada. Muevo mi cabeza de lado a lado, confirmando mi primera impresión, y con esfuerzo sobrehumano me obligo a mí mismo informar a Houston de lo que puedo sentir, sabiendo que con esto podría indicarse el fin de esta EVA*. En tierra, Shane confirma que han recibido mi mensaje y me pide que espere instrucciones. Chris, quien acaba de terminar, todavía está cerca y se mueve hacia mí para ver si puede notar alguna cosa e identificar la fuente del agua en mi casco.
Al principio, ambos estamos convencidos de que debe ser agua para beber de mi cantimplora que se ha filtrado a través de la bombilla, y si no es eso, entonces se trata de sudor. Pero pienso que el líquido es muy frío para ser sudor, y más importante, puedo sentir que se está incrementando. No puedo ver ningún líquido saliendo de la válvula de la bolsa de agua tampoco. Cuando informo a Chris y Shane de esto, inmediatamente recibimos la orden de “terminar” la salida. La otra posibilidad, “abortar”, es utilizada para problemas más serios. Se me dan instrucciones de regresar a la esclusa de aire. Juntos decidimos que Chris debería asegurar todos los elementos que se encuentran afuera antes de retornar a la esclusa, en otras palabras, él se moverá primero al frente de la Estación. Así que nos separamos.
Mientras regreso por mi ruta hacia la esclusa, estoy cada vez más seguro de que el agua se está incrementando. Siento que cubre la esponja sobre mis audífonos y me pregunto si perderé contacto de audio. El agua también ha cubierto casi completamente la parte frontal de mi visor, pegándose a ésta y oscureciendo mi visión. Me doy cuente que para pasar por sobre una de las antenas en mi ruta tendré que mover mi cuerpo a una posición vertical, también para permitir que mi cable de seguridad se re-enrolle normalmente. En ese momento, mientras me pongo “cabeza-abajo”, dos cosas suceden: el Sol se esconde, y mi habilidad de ver -ya comprometida por el agua -desaparece completamente, haciendo inútiles mis ojos; pero, aún peor que eso, el agua cubre mi nariz -una sensación realmente terrible que empeoro más todavía con mis intentos de mover el agua al sacudir la cabeza. En este momento, la parte superior del casco está llena de agua y ni siquiera puedo estar seguro de que la próxima vez que inspire llenaré mis pulmones con aire y no con líquido. Para hacer las cosas aún peores, me percato de que ni siquiera entiendo en qué dirección debería dirigirme para regresar a la esclusa. No puedo ver a más de unos pocos centímetros en frente de mí, ni siquiera lo suficiente como para distinguir los pasamanos que utilizamos para movernos alrededor de la Estación.
Trato de contactar a Chris y Shane: escucho mientras hablan entre ellos, pero ahora sus voces son muy débiles: apenas puedo oírles y ellos no pueden oírme a mí. Estoy solo. Pienso frenéticamente en un plan. Es vital que haga ingreso tan rápido como sea posible. Sé que si me quedo donde estoy, Chris vendrá a buscarme, pero, ¿Cuánto tiempo me queda? Es imposible saberlo. Entonces recuerdo mi cable de seguridad. Su mecanismo de enrollado tiene una fuerza de alrededor de 3 libras, que me podrán “tirar” hacia la izquierda. No es mucho, pero es la mejor idea que tengo: seguir el cable hasta la esclusa. Hago un esfuerzo para permanecer calmado y, pacientemente localizo los pasamanos por medio del tacto, comienzo a moverme, mientras tanto pienso en cómo eliminaría el agua si ésta lograra alcanzar mi boca. La única idea en la que puedo pensar es abrir la válvula de seguridad junto a mi oreja izquierda: si creo una despresurización controlada, debería lograr extraer un poco del agua, al menos hasta que se congele por sublimación, lo cual detendría el proceso. Pero hacer un “agujero” en mi traje espacial realmente sería un último recurso.
Me muevo por lo que me parece una eternidad (pero sé que sólo son unos pocos minutos). Finalmente, con una gran sensación de alivio, veo a través de la cortina de agua ante mis ojos y logro distinguir la cobertura térmica de la esclusa de aire: sólo un poco más y estaré seguro. Una de las últimas instrucciones que recibí fue regresar inmediatamente, sin esperar por Chris. De acuerdo al protocolo, debería haber ingresado a la esclusa al final, porque fui el primero en salir. Pero ni Chris ni yo tuvimos ningún problema en cambiar el orden en el cual re-ingresamos. Moviéndome con mis ojos cerrados, me las arreglo para entrar y me posiciono para esperar por el regreso de Chris. Siento movimiento detrás de mi; Chris entra a la esclusa y, juzgando a partir de las vibraciones que siento, sé que él está cerrando la escotilla. En ese momento, la comunicación se pasa a Karen y, por alguna razón, puedo escucharle bastante bien. Pero me doy cuenta de que ella no puede escucharme porque repite mis instrucciones aún cuando ya he contestado. Sigo las instrucciones de Karen lo mejor que puedo, pero cuando la represurización comienza pierdo todo el audio. El agua ahora está dentro de mis oídos y estoy completamente aislado.
Trato de moverme lo menos posible para evitar mover el agua dentro de mi casco. Sigo dando información sobre mi salud, diciendo que estoy bien y que la represurización puede continuar. Ahora que estamos represurizando, sé que si el agua me inunda puedo abrir el casco. Probablemente perderé la conciencia, pero de cualquier manera será mejor que ahogarme dentro del casco. En algún punto, Chris aprieta mi guante con su mano y yo le doy el signo universal de “OK” con el mío. ¡La última vez que me oyó hablar fue antes de ingresar a la esclusa!
Los minutos de represurización pasan lentamente y finalmente, con una inesperada ola de alivio, veo que la puerta interna se abre y que todo el equipo se ha congregado ahí, listos para ayudar. Me sacan tan rápido como pueden, Karen desabrocha mi casco y cuidadosamente lo levanta sobre mi cabeza. Fyodor y Pavel me pasan inmediatamente una toalla y yo les agradezco sin escuchar sus palabras porque mis oídos y nariz permanecerán llenos de agua por algunos minutos más.
El espacio es una frontera hostil e inhóspita, y nosotros somos exploradores, no colonizadores. Las habilidades de nuestros ingenieros y la tecnología que nos rodea hace que las cosas parezcan simples cuando en realidad no lo son, y quizá nosotros olvidamos esto algunas veces.
Será mejor que no lo olvidemos.”
Cuando leo 0.5 psi, es hora de girar la manilla y tirar de la escotilla hacia arriba. Está totalmente oscuro afuera, no como el color negro, en vez de eso es una completa ausencia de luz. Contemplo la vista mientras me asomo afuera para enganchar nuestros cables de seguridad. Me siento completamente tranquilo mientras giro mi cuerpo para permitir pasar a Chris. En cosa de segundos terminamos de chequearnos el uno al otro y entonces nos separamos. Aún cuando ambos nos dirigimos a más o menos la misma parte de la Estación Espacial Internacional, nuestras rutas son completamente diferentes, establecidas mediante la coreografía que hemos estudiado meticulosamente. Mi ruta es directa, hacia la parte de atrás de la Estación, mientras que Chris tiene que ir hacia el frente primero, de manera de pasar su cable alrededor de Z1, la estructura de armazón central por sobre el Nodo 1. En ese momento ninguno de nosotros en órbita podría haber imaginado cuánto esta decisión influenciaría los eventos del día.
Pongo especial atención a cada movimiento mientras me encamino hacia la bolsa protectora que dejamos afuera la semana pasada. No quiero cometer el error de sentirme tan tranquilo como para llegar a estar relajado. Dentro de la bolsa encuentro los cables que forman parte de lo que quizá será mi más difícil tarea del día. Tengo que conectarlos a los enchufes exteriores de la Estación, y a la vez debo asegurarlos a la superficie de la Estación con pequeños cables metálicos. Ambas operaciones involucran mucho uso de mis dedos, y yo sé por experiencia que esto será realmente extenuante por los guantes presurizados.
Chris conectó parcialmente el primer cable la semana pasada, así que tomo la parte que todavía está sin conectar y la guío cuidadosamente hasta el enchufe. Después de alguna pequeña dificultad inicial, informo a Houston que he completado la tarea y que estoy listo para el segundo cable. Después de tomar el siguiente cable, me muevo hasta la que creo es la posición más difícil para trabajar en toda la Estación, estoy literalmente apretado entre tres diferentes módulos, con mi visor y mi PLSS (mi “mochila”) a sólo a unos pocos centímetros de las paredes exteriores del Nodo 3, Nodo 1 y el Laboratorio. Muy pacientemente, con considerable esfuerzo, me las arreglo para asegurar un extremo del segundo cable al enchufe. Entonces, moviéndome a ciegas hacia atrás, me libero de la incómoda posición en la que he tenido que trabajar. Desde Tierra, Shane me dice que estoy casi 40 minutos adelantado al programa, y que Chris también está adelantado en sus tareas.
En este exacto momento, justo cuando estoy pensando cómo desenrollar el cable de forma ordenada (en la ingravidez se está moviendo como si estuviera poseído), yo “siento” que algo está mal. La inesperada sensación de agua en la parte de atrás de mi cuello me sorprende -y estoy en un lugar donde es mejor no ser sorprendido por nada. Muevo mi cabeza de lado a lado, confirmando mi primera impresión, y con esfuerzo sobrehumano me obligo a mí mismo informar a Houston de lo que puedo sentir, sabiendo que con esto podría indicarse el fin de esta EVA*. En tierra, Shane confirma que han recibido mi mensaje y me pide que espere instrucciones. Chris, quien acaba de terminar, todavía está cerca y se mueve hacia mí para ver si puede notar alguna cosa e identificar la fuente del agua en mi casco.
Al principio, ambos estamos convencidos de que debe ser agua para beber de mi cantimplora que se ha filtrado a través de la bombilla, y si no es eso, entonces se trata de sudor. Pero pienso que el líquido es muy frío para ser sudor, y más importante, puedo sentir que se está incrementando. No puedo ver ningún líquido saliendo de la válvula de la bolsa de agua tampoco. Cuando informo a Chris y Shane de esto, inmediatamente recibimos la orden de “terminar” la salida. La otra posibilidad, “abortar”, es utilizada para problemas más serios. Se me dan instrucciones de regresar a la esclusa de aire. Juntos decidimos que Chris debería asegurar todos los elementos que se encuentran afuera antes de retornar a la esclusa, en otras palabras, él se moverá primero al frente de la Estación. Así que nos separamos.
Mientras regreso por mi ruta hacia la esclusa, estoy cada vez más seguro de que el agua se está incrementando. Siento que cubre la esponja sobre mis audífonos y me pregunto si perderé contacto de audio. El agua también ha cubierto casi completamente la parte frontal de mi visor, pegándose a ésta y oscureciendo mi visión. Me doy cuente que para pasar por sobre una de las antenas en mi ruta tendré que mover mi cuerpo a una posición vertical, también para permitir que mi cable de seguridad se re-enrolle normalmente. En ese momento, mientras me pongo “cabeza-abajo”, dos cosas suceden: el Sol se esconde, y mi habilidad de ver -ya comprometida por el agua -desaparece completamente, haciendo inútiles mis ojos; pero, aún peor que eso, el agua cubre mi nariz -una sensación realmente terrible que empeoro más todavía con mis intentos de mover el agua al sacudir la cabeza. En este momento, la parte superior del casco está llena de agua y ni siquiera puedo estar seguro de que la próxima vez que inspire llenaré mis pulmones con aire y no con líquido. Para hacer las cosas aún peores, me percato de que ni siquiera entiendo en qué dirección debería dirigirme para regresar a la esclusa. No puedo ver a más de unos pocos centímetros en frente de mí, ni siquiera lo suficiente como para distinguir los pasamanos que utilizamos para movernos alrededor de la Estación.
Trato de contactar a Chris y Shane: escucho mientras hablan entre ellos, pero ahora sus voces son muy débiles: apenas puedo oírles y ellos no pueden oírme a mí. Estoy solo. Pienso frenéticamente en un plan. Es vital que haga ingreso tan rápido como sea posible. Sé que si me quedo donde estoy, Chris vendrá a buscarme, pero, ¿Cuánto tiempo me queda? Es imposible saberlo. Entonces recuerdo mi cable de seguridad. Su mecanismo de enrollado tiene una fuerza de alrededor de 3 libras, que me podrán “tirar” hacia la izquierda. No es mucho, pero es la mejor idea que tengo: seguir el cable hasta la esclusa. Hago un esfuerzo para permanecer calmado y, pacientemente localizo los pasamanos por medio del tacto, comienzo a moverme, mientras tanto pienso en cómo eliminaría el agua si ésta lograra alcanzar mi boca. La única idea en la que puedo pensar es abrir la válvula de seguridad junto a mi oreja izquierda: si creo una despresurización controlada, debería lograr extraer un poco del agua, al menos hasta que se congele por sublimación, lo cual detendría el proceso. Pero hacer un “agujero” en mi traje espacial realmente sería un último recurso.
Me muevo por lo que me parece una eternidad (pero sé que sólo son unos pocos minutos). Finalmente, con una gran sensación de alivio, veo a través de la cortina de agua ante mis ojos y logro distinguir la cobertura térmica de la esclusa de aire: sólo un poco más y estaré seguro. Una de las últimas instrucciones que recibí fue regresar inmediatamente, sin esperar por Chris. De acuerdo al protocolo, debería haber ingresado a la esclusa al final, porque fui el primero en salir. Pero ni Chris ni yo tuvimos ningún problema en cambiar el orden en el cual re-ingresamos. Moviéndome con mis ojos cerrados, me las arreglo para entrar y me posiciono para esperar por el regreso de Chris. Siento movimiento detrás de mi; Chris entra a la esclusa y, juzgando a partir de las vibraciones que siento, sé que él está cerrando la escotilla. En ese momento, la comunicación se pasa a Karen y, por alguna razón, puedo escucharle bastante bien. Pero me doy cuenta de que ella no puede escucharme porque repite mis instrucciones aún cuando ya he contestado. Sigo las instrucciones de Karen lo mejor que puedo, pero cuando la represurización comienza pierdo todo el audio. El agua ahora está dentro de mis oídos y estoy completamente aislado.
Trato de moverme lo menos posible para evitar mover el agua dentro de mi casco. Sigo dando información sobre mi salud, diciendo que estoy bien y que la represurización puede continuar. Ahora que estamos represurizando, sé que si el agua me inunda puedo abrir el casco. Probablemente perderé la conciencia, pero de cualquier manera será mejor que ahogarme dentro del casco. En algún punto, Chris aprieta mi guante con su mano y yo le doy el signo universal de “OK” con el mío. ¡La última vez que me oyó hablar fue antes de ingresar a la esclusa!
Los minutos de represurización pasan lentamente y finalmente, con una inesperada ola de alivio, veo que la puerta interna se abre y que todo el equipo se ha congregado ahí, listos para ayudar. Me sacan tan rápido como pueden, Karen desabrocha mi casco y cuidadosamente lo levanta sobre mi cabeza. Fyodor y Pavel me pasan inmediatamente una toalla y yo les agradezco sin escuchar sus palabras porque mis oídos y nariz permanecerán llenos de agua por algunos minutos más.
El espacio es una frontera hostil e inhóspita, y nosotros somos exploradores, no colonizadores. Las habilidades de nuestros ingenieros y la tecnología que nos rodea hace que las cosas parezcan simples cuando en realidad no lo son, y quizá nosotros olvidamos esto algunas veces.
Será mejor que no lo olvidemos.”