martes, 8 de septiembre de 2015

El vacío. Infinita caída

Como el que se asoma al vacío desde un acantilado. Como el que siente el vértigo al ir a saltar para hacer puenting o para hacer paracaídismo. Esa sensación es la que siente un astronauta al hacer un EVA o actividad extravehicular (extra-vehicular activity)
 
Salir de la nave espacial comporta a los astronautas la misma sensación, más sabiendo que les espera afuera una caída infinita en todas direcciones. No mil metros, como los que ve una persona al asomarse a una montaña, que casi siempre ve el suelo, no. Una negrura infinita que lo acecha ahí fuera.
 
Los astronautas se toman su tiempo antes de atreverse a salir del todo. ¿Imaginaís que vértigo?
 
Y esto se agrava si tenemos en cuenta que hay caída abajo, arriba, izquierda y derecha. Todo es caída.
 
 
El primero en realizar un EVA fue por el cosmonauta ruso Alekséi Leónov (18 de Marzo de 1965, misión Vosjod 2) no fue coser y cantar, el primer EVA duró 12 minutos y el traje se hinchó, Leonov no podia moverse muy bien, sus movimientos eran poco fluidos y el retorno a la esclusa fue difícil.
 
 
El seguno en realizar un EVA fue el astronauta estadounidensa EDWARD H. WHITE II (misión Gemini 4) que duró 21 minutos.
 

Por su gran hazaña, debo mencionar a Bruce McCandless que se separó del transbordador Challenger 100 metros (llevaba una mochila autopropulsada MMU). Una imagen vale más que mil palabras, impresinante y aterrador:


A parte, y aunque es evidente, muchos no lo habrán pensando, los astronautas no estan quietos, viajan a una velocidad aproximada de 27.000 km/h (dan una vuelta a la tierra cada 90 minutos aproximadamente), evidentemente no sienten estar moviéndose a esas velocidades (puesto que la velocidad es relativa, depende del punto de referencia con el que la midas, del observador), así que el astronauta en questión no siente moverse a esa velocidad puesto que su velocidad es constante (como la rotación o translación de la Tierra). Los astronautas se mantienen en órbita, tal y como lo hace la Tierra.

En otra entrada profundizaré sobre como se gestiona un EVA, como funcionan los trajes espaciales,...

Estas son las palabras de Mark Lee después de un EVA en 1994:

"Nada es comparable a estar solo en el Universo: al momento en que abres la escotilla y te deslizas hacia el Universo. Es como dar la vuelta a la esquina y contemplar la puesta de sol más magnífica que hayas visto en tu vida, de un horizonte hasta el otro parece que todo el cielo está en llamas y todos esos colores y rayos de sol componen una especie de gran pintura sobre tu cabeza. Lo único que quieres es abrir tus ojos tanto como puedas e intentar mirar a tu alrededor y absorber esa imagen. Es así todo el tiempo. O como si la más bella música rellenara tu alma... Merece hasta el inifinito todos y cada uno de los miles de pasos que cuesta llegar hasta allí"

La oscuridad es otro factor a tener en cuenta en el espacio, la oscuridad es absoluta (ni la noche más cerrada puede equipararse) de hecho cuando esto ocurre el astronauta no puede ver ni su propio brazo delante de él. Se está sumido en esa oscuridad cuando estás en el lado oscuro de planeta, en la sombra de la Tierra y si la noche es sin luna directamente no ven ni la Tierra cuando están pasando por la zona de oceáno.

Esa oscuridad pero dura poco, los astronautas viven una salida de sol cada 90 minutos por lo que en un plazo de 24 horas tienen 16 noches y 16 días (es difícil conciliar el sueño allá afuera) además el sol sale en segundo iluminándolo todo cegadoramente.

Al mirar la Tierra los bosques, mares, desiertos y ciudades se ve que pasan a una gran velocidad (sin contar la grandísima altura a la que se hayan)

En resumen, aunque los astronautas no se separen mucho de la Tierra, son unos valientes, atreverse a salir de la nave espacial de lo único que les puede hacer volver a casa, saltar al vacío infinito, dejarse engullir por la negrura absoluta,... son unos héroes.

 

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